5 tips para prevenir la deshidratación

Sabemos que el agua es esencial para la vida, lo cual vale para la naturaleza en general y para nuestro propio organismo en particular. El cuerpo de un adulto es un 60 % de agua, por lo cual es importante beber suficiente agua cada día. La falta de agua lleva a la deshidratación (la insuficiencia de agua en el cuerpo), lo cual es un riesgo particularmente durante el verano, con esas temperaturas elevadas capaces de derretir el mármol. 

Los mayores y la hidratación

De manera general, en los adultos mayores se recomienda incorporar 1,7 litros de agua por día. Esto incluye el agua presente en alimentos, como frutas y verduras.

Respecto de la deshidratación, en los adultos mayores hay que estar atentos a un excesivo sudor u orina y a diarrea o vómitos persistentes.

Los adultos mayores –a partir de los 60 años– deben prestar especial atención a la deshidratación, porque varias condiciones los hacen más proclives a padecerla.

• Las personas de mayor edad tienen menos agua en su composición orgánica, por lo cual se deshidratan más fácilmente.
• La sed es nuestra alerta natural para recuperar agua en el organismo y no caer en la deshidratación. A medida que avanza la edad, la sensación de sed disminuye, por lo cual uno deja de percibir que le falta agua.
• Con la edad también suele haber mayor ingesta de medicamentos, muchos de los cuales son causa de deshidratación.
• En muchos adultos mayores la capacidad de los riñones para cumplir su función depuradora disminuye, lo cual lleva a un exceso de pérdida de agua.

5 tips contra la deshidratación en los mayores

1. Agua, leche o jugo, mejor que café o gaseosas (ni hablar del alcohol), que pueden aumentar el efecto deshidratador. En caso de una deshidratación leve, una bebida deportiva hidratante, que contiene electrolitos (sales minerales), también puede ser beneficiosa.

2. No es necesario ni recomendable que beba mucha cantidad de líquido de una sola vez, lo cual puede resultar molesto y generar resistencia a la ingesta. Es mejor menos cantidades en más veces.

3. El agua no viene solamente en su envase incoloro, insípido e inodoro. También se puede incorporar mediante frutas y vegetales, y otros alimentos como yogur, gelatina o caldos y sopas. Otra opción, si tomar agua resulta molesto o aburrido, es agregarle algunas hierbas mentoladas, rodajas de limón, naranja o pepino.

4. De ser necesario, poner una alarma para recordar ingerir agua a intervalos regulares durante el día. También la persona que convive con un adulto mayor puede ocuparse de ofrecer una bebida del agrado de este, siguiendo un cronograma. Una posibilidad es aprovechar los momentos de tomar medicamentos para beber un vaso entero de agua, en vez de un par de sorbos para tragar las píldoras.

5. Si existen problemas de incontinencia urinaria que provoquen rechazo a la idea de ingerir líquidos, realizar las consultas pertinentes para que la situación no afecte la incorporación normal de líquidos.

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