Si existe una figura de la medicina a la que se podría bautizar como “padre de la oncología argentina”, sin dudas la persona indicada sería Ángel Roffo, quien realizó estudios pioneros a nivel mundial sobre el cáncer.
Si para muestra basta un botón, se puede mencionar que fue uno de los primeros científicos del mundo en demostrar el vínculo entre el cáncer y el alquitrán del tabaco, por un lado, y entre el cáncer y los rayos UV, por otro.
En una época en que la publicidad de cigarrillos recurría al consejo de los médicos para aconsejar el hábito de fumar, el Dr. Roffo dedicó numerosos experimentos y estudios de laboratorio para demostrar la existencia de sustancias nocivas en el tabaco. De ahí la célebre frase que le dedicó el historiador de la Universidad de Stanford, Robert N. Proctor, en el boletín de la Organización Mundial de la Salud, de junio de 2006: “Hasta 1950, Roffo fue probablemente la mayor amenaza científica para la industria del tabaco”.
Un centro oncológico pionero
Ángel Honorio Roffo nació en Buenos Aires el 30 de diciembre de 1882 (algunas fuentes indican 1881), e ingresó en la carrera de medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1902. Su tesis de graduación, El cáncer: una contribución a su estudio (1909), que obtuvo medalla de oro por la facultad, es su obra principal. Unos años más tarde escribió Cáncer experimental (1912), que llevó al establecimiento del centro oncológico que hoy lleva su nombre.
Inaugurado en 1922 como Centro de Medicina Experimental para el Estudio y Tratamiento del Cáncer, el Instituto de Oncología Ángel H. Roffo (IOAHR) fue el primero en Latinoamérica dedicado al cáncer y apenas el segundo en el mundo.
El Roffo (que en agosto de 2022 cumplió 100 años) continúa siendo un referente en oncología para América Latina, y recientemente incorporó un centro de protonterapia, una forma de radioterapia que utiliza haces de protones y que reduce notablemente los efectos secundarios en los pacientes tratados.
Reconocimiento internacional
El Dr. Roffo escribió más de 500 artículos y libros sobre su especialidad (algunos de ellos de carácter didáctico y de divulgación), a la vez que llevó adelante una importante labor docente en la Universidad de Buenos Aires.
Fue nominado al Nobel de Medicina tres veces (1927, 1937, 1940) y a lo largo de su carrera recibió premios y títulos honoríficos de prestigiosas instituciones de todo el mundo.
Con su esposa Helena Larroque, en tanto, fundó la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (LALCEC)
El Dr. Ángel Roffo falleció el 23 de julio de 1947, hace ya 75 años, pero su legado sigue presente en la forma del Instituto Roffo, que atiende casi 64 mil consultas anuales, además de realizar unas 200 cirugías y 400 tratamientos de quimioterapia por mes.
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