¿Cómo realizar RCP?

Un informe de la Asociación Estadounidense del Corazón indica que el paro cardíaco es la tercera causa de muerte en los países industrializados, con unas 700.000 muertes anuales solo en Europa y los Estados Unidos. A nivel global, causa más fallecimientos que la suma total de muertes por gripe, neumonía, accidentes de automóvil, HIV, armas de fuego y cáncer colorrectal, de pecho y de próstata. Es importante aclarar que paro cardíaco e infarto no son sinónimos. Si querés conocer la diferencia, te lo explicamos en esta nota .

Cuando sobreviene un paro cardíaco, el cerebro puede resistir apenas por unos pocos minutos (entre 3 y 5), de manera que la asistencia inmediata es crucial. Dado que los servicios de paramédicos suelen demorar al menos 5 minutos en llegar a la escena, la reanimación realizada por personas que se hallen cerca de la víctima puede salvar numerosas vidas.

Actuar siempre es mejor

Sin embargo, en EE. UU., menos del 40 % de los adultos recibe reanimación cardiopulmonar (RCP) iniciada por personas sin experiencia médica, y en muchos países ese porcentaje es inferior.

Con frecuencia, la gente no interviene debido a que no están capacitados y temen hacer las cosas mal, provocando un mayor daño. Ante esta situación, el consenso médico indica que siempre es mejor actuar. La Clínica Mayo, por ejemplo, afirma que: “Si tienes miedo de hacer RCP o no estás seguro de cómo hacer RCP correctamente, debes saber que siempre es mejor intentarlo que no hacer nada. La diferencia entre hacer algo y no hacer nada puede ser la vida de una persona”.

A continuación señalamos algunos tips que deben tenerse en cuenta para asistir a una persona que necesita RCP. Son recomendaciones elementales, de modo que lo óptimo sería realizar un curso en primeros auxilios, como los que ofrece la Cruz Roja (algunas instituciones de salud dan entrenamiento gratuito en RCP). También se pueden consultar videos tutoriales o manuales. El Ministerio de Salud de la Nación preparó en 2016 un “Manual de primeros auxilios” que puede descargarse aquí.

Antes de iniciar la RCP

La reanimación debe realizarse cuanto antes, pero primero hay que determinar otras cuestiones. 

1. Chequear que la víctima esté en un lugar en que no corra peligro.
2. Llamar a emergencias o pedir ayuda.
3. Revisar si está consciente preguntando en voz alta: “¿Se encuentra bien?” o “¿Me escucha?”.
4. Comprobar si respira.

Compresiones torácicas

Los tres pasos básicos de la RCP son: compresión, vías aéreas, respiración. Desde 2010, la sugerencia de los especialistas es ir directamente a las compresiones y recién después revisar que las vías respiratorias no estén obstruidas, para pasar a la respiración artificial.

El paso central de la RCP son las compresiones torácicas (masaje cardíaco extremo), que deben realizarse a un ritmo de 100 por minuto.

Se apoya el talón de una mano sobre el extremo inferior del esternón, y el talón de la otra mano encima de la primera, entrelazando los dedos. Con los brazos rectos (los hombros directamente encima del esternón) se hace presión con el peso del cuerpo, haciendo descender el pecho al menos 5 centímetros. Esta es uno de los puntos que más intimidan a quienes no están capacitados en RCP, dado que temen fracturar las costillas (algo que ciertamente es posible si las manos están mal ubicadas o se hace demasiada presión).

La secuencia es de 30 compresiones, luego dos respiraciones boca a boca y repetir el ciclo cinco veces (30x2x5). Revisar los signos vitales para ver si hay recuperación y volver a iniciar la secuencia.

La Asociación Estadounidense del Corazón indica, para las personas que no han recibido capacitación, realizar compresiones en el pecho, de forma ininterrumpida, hasta que llegue el auxilio médico, dejando de lado la respiración boca a boca.

Ventilación artificial

Quienes hayan tenido entrenamiento pueden pasar a la respiración artificial luego de la primera serie de compresiones. Primero se debe revisar que no haya obstrucciones en las vías respiratorias. Luego, posicionar a la víctima para la respiración, inclinando la cabeza de la víctima hacia atrás. Para ello, se debe poner una mano en la parte posterior del cuello y elevarlo, echando la cabeza hacia atrás, mientras se sostiene la frente con la otra mano, posicionando el mentón hacia arriba.

La respiración boca a boca se realiza cubriendo por completo la boca del paciente con los labios y apretando la nariz con los dedos índice y pulgar de una mano. Debe tener una duración de un segundo y hay que revisar que el pecho se eleve.

Se debe tener cuidado de no insuflar demasiado aire a la persona para evitar que los jugos gástricos del estómago invadan las vías respiratorias.