Esguince de tobillo, la lesión más común en futbolistas

El Mundial está a pleno y por estos días parece que todo lo que nos rodea tiene la forma de una pelota de fútbol. A la mayoría de fanáticos (muchos hombres, pero cada vez más mujeres), ver todo el día por TV a los mejores del mundo correr detrás de una pelota les resulta inspirador. 

Por eso, el peligro de la lesión en el fulbito semanal se agiganta: todos quieren imitar la última pirueta de un Messi, un Neymar, un Mbappé… pero la realidad muchas veces nos muestra de forma dolorosa la distancia entre jugar en una canchita de césped sintético y hacerlo ante 60.000 espectadores. Nuestro cuerpo no es el de un atleta acondicionado al 100 % para responder a la máxima exigencia de un pique corto, una rabona o una chilena. Así, corremos el riesgo de quedar maltrechos, con consecuencias más o menos graves que pueden ser mucho más que una molestia pasajera.

Las lesiones más comunes en el fútbol

En el fútbol, alrededor del 60/80 % de las lesiones pertenecen a las extremidades inferiores, lo que no sorprende, ya que en este deporte las piernas llevan la mayor parte del desgaste. El muslo, la rodilla y el tobillo son las áreas afectadas más comunes.

Más allá de traumatismos leves y contracturas, que suelen remitir luego de la práctica deportiva, algunas de las lesiones más frecuentes en el fútbol profesional son:

• Desgarro del isquiotibial
• Pubalgia (tendinitis en la zona del pubis)
• Rotura de ligamento cruzado anterior o posterior
• Rotura de meniscos

Las dos últimas son de la rodilla y ambas requieren intervención quirúrgica. La rotura de ligamentos es una de las lesiones más frecuentes y, también, de las más graves.

Esguince, cuando el tobillo se dobla

Sin embargo, la lesión más común en el fútbol, tanto en deportistas profesionales como amateurs, es el esguince de tobillo. Un esguince es una lesión de los ligamentos, así como un desgarro se refiere específicamente a los músculos y tendones. También suele referirse al desgarro como tirón, ruptura o distensión, que puede usarse también para el esguince. En los dos casos, se trata de un daño del tejido por estiramiento excesivo, torsión o ruptura, debido a un esfuerzo que supera la capacidad del músculo o ligamento.

Aunque es una lesión típica de futbolistas, también la sufren quienes practican muchos otros deportes: básquet, tenis, rugby, vóley, por poner algunos ejemplos. Pero no solo eso, puede ocurrir en cualquier circunstancia en que se pise mal o el suelo presente irregularidades. De hecho, cerca de la mitad de los esguinces de tobillo ocurren fuera del ámbito deportivo. 

Grados de esguince

Lo más habitual es que, al pisar mal, el pie se doble hacia adentro, en lo que se denomina “inversión”, lo cual provoca un estiramiento excesivo o desgarro de uno o más tendones. La buena noticia es que no suele ser una lesión de gravedad, y normalmente se cura sin intervención quirúrgica.

Según su gravedad, se clasifican en tres categorías: leve, moderado y grave. El esguince leve tiene una recuperación de unos 10 días, mientras que es de unas tres semanas para el moderado. En el esguince grave hay rotura total de algunos ligamentos y puede desembocar en luxación (dislocación), en donde hay separación de los huesos que conforman la articulación. Este tipo de esguince puede requerir cirugía y la recuperación, naturalmente, demanda más tiempo.

Una lesión leve, como un esguince de tobillo, puede convertirse en algo más serio o dejar secuelas si no es tratada a tiempo o de forma adecuada. Por eso contar con una cobertura en salud tiene tanto valor. Hola René te ofrece una cartilla completa, con más de 500 profesionales a tu disposición y la posibilidad de realizar consultas con médicos online.

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