A todos nos ha pasado estar hablando con una persona que de pronto se acerca un poco demasiado, y en ese momento nos llega su mal aliento, un vaho nauseabundo capaz de despertar a los muertos de su sueño eterno.
Es una situación incómoda, pero lo peor es que casi todo el mundo se ha encontrado del otro lado del mostrador en algún momento. El mal aliento es la tercera razón de consultas odontológicas, luego de las caries y enfermedades de las encías.
La halitosis, como se la denomina clínicamente, es un problema que puede tener varias causas, y puede ser ocasional o crónica.
Halitosis ocasional
El mal aliento matutino, por ejemplo, es muy frecuente y para nada anormal. Durante la noche se reduce la secreción de saliva, que limpia la boca de restos de comida. Ante la ausencia de su actividad protectora, los millones de bacterias que proliferan en la boca aprovechan para descomponer las partículas de alimento que quedan en la lengua y entre los dientes, y este trabajo (que, básicamente, es una putrefacción) libera sustancias que generan mal olor. De ahí que tanta gente amanezca con un sabor de boca fétido, más propio de una momia egipcia que de alguien que acaba de levantarse de la cama.
Si la persona tiene dificultades para respirar por la nariz y duerme con la boca abierta, el problema se agrava.
Los alimentos “fuertes” o picantes, también pueden provocar mal aliento. A nadie se le ocurriría comer ajo o cebolla antes de una cita romántica: todo el mundo sabe que propician el mal aliento. Los componentes de la comida pasan al torrente sanguíneo y de ahí a los pulmones, con lo cual afectan el olor del aire que se exhala. Es menos conocido que el exceso de alimentos azucarados también favorece la halitosis.
Condición crónica del mal aliento
Todas estas causas de halitosis son ocasionales, y su duración es breve. Sin embargo, existen otras condiciones que llevan a un mal aliento crónico. Se estima que entre un 25 % y un 30 % de la población sufre de mal aliento. El diagnóstico no es siempre fácil, ya que en muchas ocasiones el paciente no se da cuenta de que padece de halitosis. Además, existe un componente subjetivo que puede engañarnos, creyendo que tenemos mal aliento, cuando no es así. Esta condición, el temor injustificado a tener mal aliento, es conocida como halitofobia y, según su gravedad, puede señal de necesitar un tratamiento psicológico.
Boca seca
La xerostomía, o sequedad de boca, ocurre cuando el flujo de saliva es escaso. Al igual que ocurre durante la noche, esto provoca mal aliento. Las causas pueden ser múltiples, pero generalmente está asociada al uso de medicamentos o a enfermedades que provocan sequedad.
Fumar favorece el mal aliento, al igual que bebidas como el alcohol, gaseosas y café, ya que contribuyen a secar la boca. Aunque los chicles o caramelos apenas ofrecen una solución temporaria para el mal aliento, son efectivos para estimular la salivación, lo que en el caso de la boca seca es de gran ayuda.
Dicho sea de paso, es falsa la creencia de que la gente mayor es más propensa a tener mal aliento, como también es incorrecto que su flujo de saliva sea menor. La salivación es más o menos regular, independientemente de la edad, lo que sí suele ocurrir es que la gente mayor de 60 años consume mayor cantidad de fármacos, y esa es la causa de una mayor prevalencia de boca seca y el consecuente mal aliento.
Causa principal del mal aliento
El mal aliento puede deberse a infecciones de diversas partes del aparato respiratorio: la boca, la nariz o la garganta. Faringitis e infecciones respiratorias, como sinusitis y bronquitis, así como el reflujo gastroesofágico (y otras enfermedades gastrointestinales) pueden provocar mal aliento.
Igualmente, en ciertos casos enfermedades del hígado o el riñón, y la diabetes, pueden ocasionar halitosis.
Sin embargo, la causa principal del mal aliento, en la gran mayoría de los casos, hay que buscarla en la boca. Casi siempre se trata de una higiene bucal inadecuada, lo que lleva a que las bacterias operen su trabajo de putrefacción de los restos de comida. Las enfermedades de las encías (gingivitis, periodontitis) favorecen el mal olor de la boca, con lo cual muchas veces el mal aliento es un síntoma de alguna de estas enfermedades, provocadas, casi siempre, por una mala limpieza de la boca.
Cuidá tu lengua
La lengua juega el papel más importante en abrigar a los organismos que contribuyen al mal olor. Es un error habitual olvidarse de limpiar la lengua al lavarse los dientes, y esto es un camino directo a la halitosis. De hecho, la parte trasera de la lengua suele ser el lugar donde se alojan las bacterias, ya que es una zona de difícil acceso para la limpieza.
Por lo tanto, una limpieza cuidadosa de toda la superficie de la lengua, especialmente la parte posterior, puede aliviar el problema en la mayoría de los casos.
En el caso de que esto no sea suficiente, algunos enjuagues bucales y pastas dentales contienen agentes antimicrobianos que atacan las bacterias que producen mal aliento.
Ya Hipócrates (hace más de dos mil años) recetaba una mezcla de vino y hierbas contra el mal aliento.
Dado que este problema (que causa vergüenza, problemas de autoestima y dificultades en las relaciones sociales) puede tener múltiples causas, la consulta con el dentista es primordial. El profesional sabrá encontrar el origen y determinar el mejor curso de acción a seguir, de forma que una de las recomendaciones principales en cuanto al tratamiento es, precisamente
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2 comentarios en “Mal Aliento. ¿Qué lo causa?¿Cómo superarlo?”
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