10 claves para un correcto cepillado de dientes

El cepillado de dientes es una tarea cotidiana, mecánica, hasta aburrida, si no fuera que es tan breve. La realizamos (o deberíamos hacerlo) dos veces al día y no nos ponemos a pensar si la estamos haciendo bien. Al fin y al cabo, es algo bastante sencillo: pasar el cepillo por los dientes con un poco de dentífrico. ¿Cuál es el misterio? Tal vez más de lo que creemos. Solo si tenemos en cuenta que desde la aparición de la pandemia nos tuvieron que enseñar cómo lavarnos correctamente las manos, todo está expuesto a revisión. Y la verdad es que en el cepillado de los dientes hay muchas cosas que son importantes y no están claras, si nos detenemos a examinar un poco la cuestión. Aquí aclaramos algunas dudas generales, siempre teniendo en cuenta que nuestro dentista será quien nos dé las mejores respuestas para nuestra higiene dental.

Conceptos básicos del cepillado de dientes

Para empezar, algunas cuestiones elementales. El cepillado es necesario porque elimina la placa bacteriana que se forma sobre el esmalte dental, y también previene la posterior formación del sarro.

Hay muchos tipos de cepillos, y nuestro dentista nos sabrá decir cuál es el adecuado para nuestra dentadura. 

Elegir el dentífrico normalmente depende de gustos personales, solamente importa que contenga flúor. 

A continuación respondemos 10 preguntas habituales sobre esta tarea tediosa pero necesaria, para que sea realmente efectiva.

1. ¿Con qué frecuencia cepillarse? ¿Por cuánto tiempo?

Hay que cepillarse dos veces al día, durante dos minutos cada vez. El primer cepillado suele ser por la mañana, al levantarse, aunque mucha gente lo hace después del almuerzo. El segundo, sí o sí debe ser lo último que hacemos antes de acostarnos (por lo menos no comer ni beber nada después). Conviene cepillarse al menos 20 minutos después de haber comido.

2. ¿Cómo debe ser el movimiento? 

El cepillo debe estar frente a los dientes a 45°, y el movimiento debe cubrir tanto al diente como a la encía. Sin hacer demasiada fuerza, ni aplicar demasiada velocidad (pensá en masajear, no en rasquetear), mover el cepillo de arriba abajo en forma continua y ligeramente circular sobre cada diente.

3. ¿Hay que cepillar también las encías? ¿Y la lengua? ¿Y la parte de atrás de los dientes?

Absolutamente sí a todo. Cuando hablamos de cepillarnos los dientes, la expresión incluye las encías (que deben cepillarse al mismo tiempo que los dientes) y la lengua, que podemos frotar por unos 15-30 segundos al final del cepillado. Algunos cepillos vienen con protuberancias en la parte posterior, específicamente para esta tarea. La parte de atrás del diente es tan diente como la delantera, así que también hay que limpiarla, lo mismo que el área de masticación.

4. ¿Hay que enjuagarse antes o después de cepillarse, o no hacerlo para nada? 

Muchos expertos recomiendan no enjuagarse la boca antes, pero tampoco inmediatamente después. Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, hacerlo “lava el flúor concentrado en la pasta de dientes restante, reduciendo sus efectos preventivos”. Se sugiere, en cambio, simplemente escupir el exceso de pasta que haya quedado en la boca.

5. ¿Hay que ponerle agua al cepillo de dientes antes de aplicar la pasta?

Aquí las opiniones son diversas, aunque en general el consejo es no aplicar agua, ya que un cepillo seco ofrece mayor fricción, cumpliendo mejor su tarea. Por otro lado, los que favorecen el uso de agua afirman que esto da una experiencia más cómoda.

6. ¿Conviene usar agua fría o caliente? 

En el caso de utilizar agua, es indistinto a qué temperatura esté el agua. Lo importante es que nos resulte cómodo.

7. ¿Podemos cepillarnos sin pasta dental?

Lo fundamental es cepillarse. Si no tenemos dentífrico, no importa, lo principal –lo repetimos– es cepillarse. Eso es lo que remueve la placa dental y evita la aparición de caries y sarro. Sin embargo, la pasta dental es útil: contiene flúor, que contribuye a combatir la placa, y además es una ayuda contra el mal aliento.

8. ¿Cuánto dentífrico hay que poner? 

Esto es algo que varía con la edad, aunque hay una tendencia general a exagerar con la cantidad, de la misma manera que se suele aplicar más fuerza de la necesaria. Para los menores de tres años, con una pizca de pasta, del tamaño de un grano de arroz, alcanza. Entre los tres y seis años el volumen debe ser equivalente al de una arveja. Para los adultos, cubrir apenas la superficie del cepillo con la pasta, sin llegar a los bordes.

9. Cepillado, hilo dental, enjuague bucal. ¿En qué orden? 

Se recomienda usar hilo dental una vez al día como complemento del cepillado. El momento elegido es algo que queda a elección de la persona, pero es preferible hacerlo antes del cepillado y no después.

El uso de enjuague bucal es opcional. Además de mantener un aliento fresco, colabora en la protección dental. Usarlo antes o después del cepillado –o en otro momento del día– es cuestión de preferencia personal.

10. ¿Hay alguna ventaja en usar un cepillo eléctrico?

Algunos estudios han mostrado una mayor efectividad de los cepillos eléctricos por sobre los manuales, aunque el uso cuidadoso del cepillo tradicional es suficiente para remover la placa. La opción eléctrica es buena para quienes tienen dificultades para ejecutar los movimientos del cepillado o para sostener el mango del cepillo. O simplemente por comodidad.

Si seguís estas 10 claves, vas a disfrutar de una boca sana por mucho tiempo, siempre y cuando también cumplas con la clave extra de visitar a tu dentista.

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