En la etapa de la adultez mayor, cuidar la salud y el bienestar se vuelve una prioridad. Con el paso del tiempo, el cuerpo cambia, y comienzan a aparecer condiciones que requieren mayor atención médica, como la hipertensión arterial. Se trata de una afección silenciosa pero muy frecuente que, si no se detecta y trata a tiempo, puede derivar en complicaciones serias. Por eso, contar con un seguro de salud confiable que facilite el acceso a controles médicos periódicos es fundamental para fortalecer la prevención, especialmente entre los adultos mayores.
¿Qué es la hipertensión y por qué afecta más a los adultos mayores?
La hipertensión arterial, también conocida como presión alta, es una condición crónica en la que la fuerza con la que la sangre empuja contra las paredes de las arterias se mantiene elevada de forma constante. Cuando no se controla, puede aumentar considerablemente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal y otros problemas graves de salud.
En las personas mayores, esta condición se presenta con mayor frecuencia debido a los cambios naturales del envejecimiento. Las arterias pierden flexibilidad, lo que dificulta el flujo sanguíneo. A esto se suman factores como el sedentarismo, la alimentación inadecuada, el estrés acumulado y la falta de chequeos médicos regulares, que incrementan aún más el riesgo de desarrollar esta afección.
Por eso, la prevención en salud debe comenzar con información clara, hábitos saludables y acceso a profesionales de la salud. En este escenario, un seguro de salud completo se convierte en un aliado clave, ya que permite acceder de forma sencilla y segura a consultas médicas, estudios de rutina y seguimiento especializado.
¿Cuáles son los síntomas de la hipertensión?
Uno de los principales desafíos de la hipertensión arterial es que, en la mayoría de los casos, no presenta síntomas evidentes. Por eso, muchas veces se la denomina “el asesino silencioso”. Aun así, cuando la presión alcanza niveles peligrosos, pueden aparecer algunos signos de alerta como:
- Dolores de cabeza frecuentes.
- Mareos o visión borrosa.
- Palpitaciones.
- Fatiga o confusión.
- Sangrado nasal sin causa aparente.
Estos síntomas suelen surgir cuando la presión arterial ya está elevada desde hace tiempo. Por eso, los controles médicos frecuentes son la herramienta más eficaz para detectar a tiempo esta afección y tomar medidas antes de que genere consecuencias más graves.
¿Cómo se diagnostica la hipertensión?
La única forma precisa de saber si una persona tiene hipertensión es medirse la presión arterial. Un valor saludable ronda los 120/80 mmHg. Cuando las cifras se mantienen de forma constante por encima de 140/90 mmHg, se considera que hay hipertensión.
Gracias a un seguro de salud que incluya servicios de atención médica a domicilio o consultas en centros especializados, es posible realizar estos controles de manera frecuente y sin complicaciones. La detección temprana es clave para iniciar un tratamiento adecuado, prevenir daños mayores y mejorar significativamente la calidad de vida.
Prevención en salud: claves para controlar la presión arterial
Adoptar hábitos saludables es una de las mejores estrategias para prevenir la hipertensión o mantenerla controlada. A continuación, repasamos algunas prácticas esenciales para cuidar tu presión y tu bienestar general:
Alimentación equilibrada
Reducí el consumo de sal, grasas saturadas y alimentos ultraprocesados. Incorporá más frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Alimentos ricos en potasio, como las bananas, son grandes aliados para regular la presión. Una buena nutrición es la base del salud y bienestar, especialmente en la adultez mayor.
Actividad física regular
Caminar, nadar o realizar ejercicios de bajo impacto mejora la circulación, fortalece el corazón y ayuda a mantener un peso saludable. El movimiento cotidiano es una herramienta poderosa para prevenir problemas cardiovasculares.
Gestión del estrés
El estrés prolongado puede aumentar la presión arterial. Practicar meditación, respiración consciente, yoga o disfrutar de actividades recreativas ayuda a mantener el equilibrio emocional y físico.
Controles médicos regulares
Estar en contacto frecuente con un equipo médico de confianza permite detectar variaciones en la presión, ajustar tratamientos y tomar decisiones preventivas. Con un seguro de salud como el de Hola René, podés acceder fácilmente a profesionales médicos sin largas esperas ni trámites complejos.
El rol del seguro de salud en el cuidado de los adultos mayores
La adultez mayor requiere un acompañamiento médico integral que contemple no solo la atención ante enfermedades, sino también la prevención. En este sentido, un buen seguro de salud marca la diferencia: permite acceder a chequeos médicos, atención odontológica, descuentos en farmacias, estudios clínicos y, en muchos casos, servicios de atención médica a domicilio.
Este tipo de coberturas resultan especialmente valiosas para quienes prefieren evitar traslados o buscan una atención más cómoda, rápida y personalizada. Tener la posibilidad de consultar por cualquier molestia desde casa, sin complicaciones, mejora notablemente la experiencia de cuidado.
En particular, el seguro médico de Hola René está diseñado para ofrecer una solución accesible, confiable y adaptada a las necesidades reales de los adultos mayores. Su propuesta incluye consultas médicas presenciales, online o domiciliarias, seguimiento personalizado y un fuerte enfoque en la prevención, para vivir esta etapa con tranquilidad y bienestar.
Prevenir es vivir mejor
La hipertensión no tiene por qué convertirse en una amenaza si se detecta y trata a tiempo. La clave está en la información, los hábitos saludables y el acceso a un sistema de atención eficiente. Contar con un seguro de salud integral como Hola René es una forma concreta de proteger tu salud y bienestar, acompañarte en cada etapa de la vida y apostar por una vejez más activa y plena.
Hoy más que nunca, la prevención en salud debe ser accesible para todos. Y cuando se cuenta con un seguro médico que entiende las necesidades específicas de los adultos mayores, el cuidado se vuelve más humano, cercano y efectivo.