Analgésicos: Ibuprofeno, paracetamol, aspirina ¿Cuándo tomo cada uno?

Te duele la cabeza, o tenés malestar muscular, o quizás unas líneas de temperatura. ¿Qué hacés, entonces? Lo habitual, para salir del paso y no interrumpir la rutina diaria, es tomarse algún analgésico. Pero, ¿cuál: ibuprofeno, aspirina, paracetamol? ¿El que haya? La pregunta es importante, porque no son exactamente equivalentes y, aunque son de venta libre, hay que tener en cuenta para qué sirve cada uno, los problemas que puede ocasionar su consumo excesivo y las contraindicaciones o efectos secundarios en ciertos casos específicos.

Para empezar, hay que decir que los tres son medicamentos analgésicos, es decir, que calman el dolor. Como son de venta libre (no se necesita receta para comprarlos), son los más consumidos en el mundo. Suelen utilizarse, además, como antipiréticos (es decir, antifebriles) y, en el caso del ibuprofeno y la aspirina, como antiinflamatorios. 

Sin embargo, cada uno posee funciones específicas que los diferencian entre sí. Conviene conocer sus características, no solo para saber cuál es el más adecuado para cada situación, sino porque en algunas condiciones se desaconseja la ingesta de alguno de estos medicamentos, que podría acarrear malestares y consecuencias indeseadas.

Aspirina

La aspirina es uno de los medicamentos más extendidos del planeta: cada año se consumen en todo el mundo unas 40.000 toneladas de ácido acetilsalicílico (tal su nombre técnico). Se comenzó a comercializar a fines del siglo XIX, y en la primera mitad del siglo XX se convirtió en el analgésico más difundido del mundo. 

La aspirina se utiliza, sobre todo, contra dolores corporales, especialmente de cabeza. Es eficaz contra la fiebre y la inflamación y, debido a sus propiedades anticoagulantes, se utiliza en la prevención de infartos cerebrales y de miocardio para personas en riesgo (aunque se desaconseja su uso en personas mayores de 60 años).

Efectos secundarios. Su principal efecto adverso es la acidez estomacal, que puede llegar a provocar úlcera estomacal y hemorragia gastrointestinal. No se recomienda su uso durante la fase final del embarazo, ni en niños y adolescentes con fiebre o infecciones, por el riesgo de contraer el síndrome de Reye.

Debido a sus propiedades anticoagulantes, no debe tomarse si se padece de hemofilia u otros problemas de coagulación sanguínea.

Ibuprofeno

Como la aspirina, es analgésico, antipirético y antiinflamatorio. Y al igual que esta, puede provocar problemas gástricos. Se desarrolló a comienzos de los años 60 como una alternativa a la aspirina. Entre sus aplicaciones más comunes se cuenta el alivio de dolores de:

• Cabeza
• Menstruales
• Musculares
• Articulares
• Dentales

Efectos secundarios. Su uso excesivo o prolongado puede provocar daños en el sistema cardiovascular, el riñón y el hígado. Está contraindicado en el caso de pacientes hipertensos, con insuficiencia renal o hepática y con úlceras estomacales. Tampoco se recomienda durante el embarazo.

Paracetamol

Es de acción antipirética y analgésica, pero no antiinflamatoria, lo cual es la principal diferencia con el ibuprofeno y la aspirina. Es una buena alternativa a personas con intolerancia al ibuprofeno. Comercializado desde los años 50, es hoy el analgésico más consumido en el mundo .

Se lo recomienda, sobre todo, contra dolores:

• Óseos
• De cabeza
• Musculares
• Menstruales

Efectos secundarios. Se considera que ocasiona menos efectos adversos que la aspirina o el ibuprofeno, pero su uso excesivo puede provocar daños gastrointestinales (como dolor abdominal o náuseas) y perjudicar al hígado y los riñones, entre otros inconvenientes.

Es importante recordar que, aunque estos tres medicamentos son de venta libre, no deben utilizarse indiscriminadamente. Como hemos visto, todos tienen contraindicaciones, y ante cualquier duda siempre se debe realizar una consulta médica.

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