Paracetamol: Usos y cuidados

Quien no haya tomado alguna vez un paracetamol que tire la primera piedra. Creado a fines del siglo XIX, el analgésico empezó a comercializarse en 1955 y hoy es el medicamento genérico más vendido del mundo.

Habitualmente el paracetamol –menos conocido como acetaminofén– se usa como antipirético (para bajar la fiebre) y analgésico (para dolores de cabeza y del cuerpo en general). En cuanto a sus efectos, se diferencia de otros medicamentos comunes, como el ibuprofeno o la aspirina, porque estos, además, tienen propiedades antiinflamatorias. Por eso el ibuprofeno y la aspirina se incluyen en el grupo de antiinflamatorios no esteroideos (AINE).

Dosis habituales de Paracetamol

Otra ventaja del paracetamol respecto de otros analgésicos es que prácticamente no provoca reacciones adversas, como problemas estomacales. Es por eso que se indica especialmente para los niños. 

Normalmente se considera que la dosis máxima en un adulto es de 4 g por día, lo que equivale a ocho comprimidos de 500 mg, aunque esto puede variar según la condición de cada persona.

El formato más común para niños es en jarabes o en pastillas masticables, considerada la mejor opción a partir de los 6 años. Los médicos recomiendan tener en cuenta el peso del niño, en vez de su edad, al calcular la cantidad de medicamento a administrar. Por ejemplo, para niños de entre 11 y 16 kg, se aconseja 160 mg; para niños de más de 16 kg y hasta 21 kg, 240 mg; entre 21,5 y 26,5 kg, 320 mg; de 27 a 32 kg, 400 mg.

Cuidado con los excesos

Sin embargo, como ya decía Paracelso hace unos 500 años, “la dosis hace al veneno”. Debido a que es un producto de venta libre, es frecuente un exceso en su consumo, que puede ocasionar diversos problemas en la salud, especialmente en el hígado y el riñón. En el Reino Unido, el paracetamol es la medicación responsable del mayor número de sobredosis, mientras que es la causa más común de insuficiencia hepática aguda grave en Estados Unidos y el Reino Unido.

Nunca se repetirá lo suficiente que, ante la menor duda, se debe consultar al médico sobre el correcto uso de cualquier medicación.

Debido a sus posibles efectos adversos, se indica evitar administrar paracetamol a personas con anemia, afecciones cardiacas o pulmonares, o con disfunción renal grave.

A la vez, puede causar daño hepático en quienes beben alcohol, por lo cual se recomienda consultar con el médico si se beben tres o más vasos de alcohol diariamente.

A pesar de estas contraindicaciones, en dosis adecuadas el paracetamol sigue siendo el analgésico más seguro para la población en general.

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