Es una realidad que hay que admitir: los dientes se caen. Con un buen cuidado, la dentadura podría durar toda la vida, pero lo cierto es que casi nadie la conserva hasta el fin de sus días. Según estadísticas globales, las personas entre 20 y 64 años tienen, en promedio, 25 de los 32 dientes que conforman la dentadura de los adultos.
La falta de piezas dentales afecta la salud en diversos planos. En primer lugar, dificulta la masticación, lo que implica problemas en la ingesta de alimentos. La ausencia de uno o más dientes también es un obstáculo para hablar correctamente, entorpeciendo la comunicación. Por último, afecta el aspecto estético, lo cual no es menor, ya que esto puede llevar a falta de autoestima y depresión.
Afortunadamente, hoy en día existen diversos procedimientos odontológicos para reemplazar artificialmente los dientes perdidos. El método preferido variará según el estado de deterioro del diente, el tipo de afección y la evaluación particular del dentista respecto de la conformación general de la boca del paciente. Pero, ¿Cuáles son estos métodos y en qué se diferencian? Sobre el tema suele haber algo de confusión, así que aquí explicamos de forma breve y sencilla en qué consisten tres de los tratamientos más habituales de reemplazo parcial o total del diente.
Conductos
El tratamiento de conducto, o endodoncia, suele ejecutarse cuando una caries o infección ha llegado al nervio, pero el resto del diente todavía puede cumplir con su funcionalidad. El procedimiento consiste en quitar la pulpa –junto con los vasos sanguíneos y nervios que contiene–, la que luego es rellenada y sellada. Por último, se reconstruye la corona (la parte visible del diente), lo cual usualmente implica reemplazarla por una artificial.
Implantes y prótesis
Habitualmente se considera que un implante es un reemplazo total de la pieza dentaria, mientras que la prótesis es sinónimo de dentadura postiza. Esto no es exactamente así. Para empezar, un implante implica un reemplazo total del diente, para lo cual se quita la raíz (o raíces) de la pieza (la cual se mantiene en el tratamiento de conducto). El implante, entonces, es el soporte que sustituye a la raíz, y es como un tornillo más o menos cónico que se fija al hueso, por lo general de titanio. Sobre este se coloca la prótesis, que reemplaza la corona y tiene la misma forma que la parte visible original del diente.
Una aclaración importante es que, aunque se trate de un diente por completo artificial, requiere los mismos cuidados de cepillado que los naturales . El proceso de implante requiere varias visitas al odontólogo y puede demandar algunos meses hasta su realización completa. Para la mayoría de las personas los procedimientos de endodoncia representan una carga económica importante, y con más razón en el caso de los implantes, que son mucho más costosos.
Por eso, en Hola René ofrecemos distintos planes de odontología que dan cobertura a este tipo de tratamientos, entre muchos otros beneficios para mantener la boca sana. Comunícate con nosotros para que te contemos cuál es el plan que mejor te conviene.
6 comentarios en “Conductos, prótesis, implantes. ¿Qué es cada uno?”
Hola, quisiera saber cuanto sale por mes este servicio ya que soy cliente.
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